domingo, 11 de junio de 2017

LA INSENSATEZ DE HACER VOTOS A LA LIGERA

Eclesiastés 5:1-7

1.       Cuando fueres a la casa de Dios, guarda tu pie; y acércate más para oír que para ofrecer el sacrificio de los necios; porque no saben que hacen mal. 

2.       No te des prisa con tu boca, ni tu corazón se apresure a proferir palabra delante de Dios; porque Dios está en el cielo, y tú sobre la tierra; por tanto, sean pocas tus palabras. 

3.      Porque de la mucha ocupación viene el sueño, y de la multitud de las palabras la voz del necio. 

4.      Cuando a Dios haces promesa, no tardes en cumplirla; porque él no se complace en los insensatos. Cumple lo que prometes. 

5.       Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas. 

6.      No dejes que tu boca te haga pecar, ni digas delante del ángel, que fue ignorancia. ¿Por qué harás que Dios se enoje a causa de tu voz, y que destruya la obra de tus manos? 

7.      Donde abundan los sueños, también abundan las vanidades y las muchas palabras; más tú, teme a Dios. 



INTRODUCCION:

Vivimos en medio de una sociedad que no cumple sus promesas.Esto ocurre entre quienes, en medio de la crisis, buscan a Dios. Claman, lloran, anuncian sinnúmero de cambios en procura de caminar verdaderamente en sus sendas. No obstante una vez resuelven su dificultad, se apartan. Con fundamento al texto que estudiaremos, aprenderemos la importancia de cumplir lo que prometemos delante de Dios, de los hombres y— por supuesto— de nosotros mismos.

I. ¿CON QUIEN ASUMIMOS COMPROMISOS? (v.1)

1. ¿Con un Dios a quien buscamos cuando atravesamos crisis? (v.1)
2. ¿Con un Dios que todo lo puede, Santo y lleno de gloria? (v.1)

3. Es necesario diferenciar entre decir y hacer:
a.- Delante de Dios
b.- Delante de los hombres
c.- Con nosotros mismos

II. ¿QUÉ VALOR LE DAMOS A NUESTRAS PALABRAS?

1. Es necesario medir el alcance de cada palabra (v.2)
a.- Delante de Dios
b.- Delante de los hombres

2. Es necesario evaluar lo que prometemos (vv. 3, 4)
3. Las palabras revelan lo que somos 
4. Lo que se promete, se cumple (v.5)

III. DAREMOS CUENTA A DIOS POR NUESTRAS PALABRAS (v.6)

1. Es preferible callar que decir algo indebido (v.7)
2. Desde hoy debemos recobrar nuestra credibilidad

CONCLUSIÓN:

Nuestras palabras revelan quiénes somos. Fácilmente queda en evidencia quien promete pero no cumple. De ahí que, antes de hacer una promesa, debemos medir el alcance de nuestras palabras; determinar si estamos en condiciones de cumplir tal promesa y, además, poner por obra lo que decimos.

En adelante y en aras de que recobre su credibilidad como personal y, como cristiano, es fundamental reevaluar cuál es el alcance de lo que expresa, palabras que en muchos casos encierran promesas. Es preferible callar que prometer lo que no se cumplirá. Es nuestra forma de honrar a Dios con una vida de fe que realmente constituya testimonio para quienes nos rodean.

POR ESO ES MEJOR NO PROMETER, QUE PROMETER Y NO CUMPLIR